HacÃa tiempo que no escuchábamos a un testigo creÃble hablando sobre el tema extraterrestre. La razón es que en los últimos meses es la información oficial la que está ofreciendo, semana tras semana, datos concluyentes que aseguran la existencia de vida en el Cosmos: los foros de Internet “no conspiranoicos” ya no
debaten si hay vida o no, sino si puede haber humanos o no.
Como digo, hacÃa años que no aparecÃa nada realmente interesante; hasta que me ha llegado este audio en inglés de un cientÃfico de la NASA con nombre supuesto “Eric Norton” que detalla cómo desde el año 2012 los recortes en la NASA hicieron que suspendieran las labores de seguridad en el espacio y que el Departamento de Seguridad Nacional se hiciera cargo de ello.
Gracias a que trabajaba en la Oficina encargada de la valoración de la amenaza de meteoritos, en enero del 2012 le llama el Departamento de Seguridad Nacional para que se desplace al segundo observatorio más importante de Estados Unidos, situado en Tejas y conocido como “MacDonald”, para que ofrezca su opinión sobre unos objetos que aparecen cerca de Marte.
Cuenta que a él esto le pareció muy raro porque nunca habÃa trabajado para esa agencia y le extrañó que se hiciera cargo de un asunto del ámbito “espacial”: “¿qué podÃa ser tan urgente que le hiciera desplazarse hasta allÃ?”. Las imágenes que le mostraron hicieron que el hombre tuviera un shock tan grande que se tuvo que sentar.
Lo que vio (minuto 3:41 del primer vÃdeo) fueron “unas gigantescas naves tridimensionales alineadas en formación, avanzando en dirección al planeta Tierra”. “Supe esto último porque me mostraron imágenes tomadas en los tres meses previos que indicaban la dirección a la que se encaminaban esas naves”, que se habÃan movido millones de kilómetros más cerca de la Tierra en esos meses. Entonces fue cuando comprendà que el trabajo que tenÃa encomendado era determinar de qué material estaban hechas y cómo hacÃan para viajar tan deprisa.
Según nuestro conocimiento, estaban hechas de un material similar al carbono pero metálico, una estructura miles de veces más dura que cualquiera que tengamos aquÃ, como el diamante o los nanotubos de carbono. Los objetos emiten algún tipo de campo de fuerza que desvÃa las partÃculas del espacio, impidiendo que toquen su superficie, del mismo modo que el campo magnético de la Tierra evita que las erupciones solares la golpeen. Los objetos llegaron a estar tan cerca que con los telescopios podÃamos ver la estructura de estas naves, con mucho detalle”.
“En enero del 2013, estos objetos habÃan superado la trayectoria de Marte en 200.000 millas. Llegado este punto, desaparecieron por completo, y de repente, como si hubieran activado un ‘interruptor’ para hacerse invisibles.
Es la mejor forma en que lo puedo describir. No los podÃamos ver ni desde un radar ni con ningún otro medio a nuestro alcance. Estábamos perplejos. Entendà que el gobierno USA estaba inquieto por estas cosas porque yo era vigilado por varios agentes las 24 horas del dÃa. (…) Durante todo el 2013 estuvimos vigilando el cielo para ver si recuperábamos la visión sobre los objetos, pero no aparecÃa nada: según nuestros cálculos, para entonces debÃan estar tan cerca que los deberÃamos ver a simple vista, pero la realidad es que no sabÃamos donde estaban ni si se habÃan marchado del sistema solar.
Me mandaron a casa con la obligación de estar disponible, y durante 6 meses no me llamaron. Sólo fue cuando me enteré sobre el cierre de los programas de la NASA de aviso de amenaza de meteoritos, que intenté enterarme de lo que sucedÃa.
Entonces fue cuando un compañero que trabajaba en un programa totalmente distinto al del observatorio McDonald, me confirmó la certeza de mis suposiciones. Cuando le contaba lo que sabÃa, su voz se puso temblorosa. Me contestó que los objetos habÃan reaparecido (alrededor de octubre del 2013) y estaban en la cara oculta de la Luna, en una formación circular, de manera que permanecen prácticamente invisibles para los telescopios.